¿Hacia la extinción de nuestros alimentos?

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Cuando era más joven, desarrollé un apetito exagerado por las teorías de conspiración. Ellas cubren temas que van desde el envolvimiento de gobiernos de superpotencias con los extraterrestres hasta la agenda secreta del Vaticano para adueñarse del mundo al estilo Edad Media. La mayoría de ellas se basan en meras conjeturas concebidas por imaginaciones fértiles; pero algunas dan ...¡justo en el blanco!.

A pesar de que con el paso de los años renegué rotundamente de estas teorías, hoy me veo compelido a compartir una de ellas, una vez más.

Esta vez los opresores y verdugos son reales, públicos, osados y disfrutan un nivel muy confortable de relativa impunidad. Y las víctimas, claro está, somos todos los que no pertenecemos al clan de los mega-industriales, los auténticos dueños--o usurpadores del Creador--del mundo. El asunto tiene que ver con nuestros alimentos: nuestra fuente inmediata de energía orgánica para todos los procesos vitales del cuerpo.

Desde la década de los 80's periodistas y ensayistas literarios han venido poniendo al mundo al tanto de uno de los problemas más serios de la historia de la humanidad: el recortamiento de la producción de alimentos a nivel mundial. Culpemos al fenómeno de "El Niño", al calentamiento global, a la pérdida de nitrógeno en el subsuelo, o a lo que sea; pero lo cierto es que el mundo se aboca vertiginosamente a una reducción casi inevitable de los alimentos.

Sin embargo, la peor amenaza contra la supervivencia de nuestra cadena alimenticia es el HOMBRE: ¡la biotecnología al servicio de la manipulación de los genes de nuestros vegetales y frutos! Y todo se reduce a un solo nombre omnipresente en el mercado de la manipulación de los cultivos: Monsanto. Hace poco estuve mirando el aclamado y bien oportuno video "Food, Inc", producido por un prestigioso equipo de científicos e investigadores cuya investigación los llevó a confirmar la temible realidad de una compañía cuyo propósito primordial es adueñarse y patentar todas las semillas de alimentos del mundo. Utilizando una bien armada campaña montada por abogados, biotecnólogos, ingenieros químicos y fisiólogos de plantas, Monsanto ha logrado convencer a un sector significativo del senado y congreso norteamericanos de que la patenta de semillas genéticamente alterada por ellos sólo contribuirá a salvaguardar el futuro de los alimentos. No obstante, la noticia que nos llega de los países que Monsanto ha logrado infiltrar, no son muy agradables.

Gradual y casi subrepticiamente, Monsanto ha ido adueñándose de terrenos con sus plantaciones, cultivos, empresas, etc., ...una demanda a la vez; y ello en casi todo el mundo, especialmente en países latinos. Y como si fuera poco, investigadores de Inglaterra y el Reino Unido han empezado a cuestionar la calidad científica de los análisis y conclusiones científicas de Monsanto. Los daños, no sólo morales y financieros, sino a la naturaleza en sí, que este pulpo biotecnológico ha ido infiriendo al mercado de los comestibles frescos rebasa los linderos de los accidentes no intencionados. Por lo tanto, muy pronto toda semilla a cultivar estará marcada por la manipulación genética y los daños a la salud que semejante proceso encierra.

Si desea informarse con lujo de detalles sobre los logros, propósitos, planes y agenda futurista de Monsanto, le recomiendo que vea Food, Inc.: un documental subtitulado en español, sobrio, bien investigado, con un argumento sólido y validable, y una trama que aunque real, no tiene nada que envidiarle a las películas policíacas modernas (realizado por los productores del impresionante documental Seeds of Deception, también en formato de libro).

Lo más importante es que su contenido nos afecta a todos: a grandes y pequeños; a ricos y pobres; a cultos e incultos; a blancos y negros. De darse la agenda ya semi-pública de Monsanto, el futuro de nuestros alimentos es uno muy incierto y sombrío. Lo cierto es que como nación podemos tomar medidas--un individuo o comunidad a la vez--para revertir los daños y peligros implícitos en la política monopolizadora de Monsanto e inexplicablemente elástica por parte de los políticos. Share

Food, Inc. Seeds of Deception: Exposing Industry and Government Lies About the Safety of the Genetically Engineered Foods You're Eating