Las Causas de la Impotencia Sexual

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Hace poco me tocó atender un paciente entre sus 30-35 años de edad. A simple vista Roberto (pseudónimo que le daremos) se veía fuerte, vigoroso y sin ninguna evidencia externa de que su vida sexual estuviera en crisis. Después de chequealre su sangre, usando el sistema de Microscopía Nutricional de Campo Oscuro, observé que su sangre tenía la densidad correcta y, salvo un poco de deshidratación, todo estaba normal.

Luego me contó su historia: se había casado hacía 3 años; no tenía hijos aún, y su esposa--sentía él--le demandaba sexualmente más de lo que su cuerpo era capaz de dar en esos momentos. Le expliqué que la impotencia sexual tiene tres causas básicas: 1) pobre circulación, 2) un sistema nervioso cansado, y 3) las hormonas masculinas--especialmente la testosterona--por debajo de lo normal o hipoactivas. Hay otras causas, pero éstas son las más comunes. Claro, estas causas entran dentro de lo físico. Pero hay una causa más que me gustaría mencionar...

Las palabras descompuestas o hirientes que una esposa esgrima contra su marido pueden ser tan destructivas en el área sexual como todas las demás causas combinadas. Se ha creido siempre que los hombres procedemos como los animales varones de otras especies: sólo necesitamos ver la hembra, un par de roces y estímulos visuales, y ya estamos listos. Pero tal no es el caso. Estudios médicos fidedignos apuntan a la depresión y al estrés emocional como asesinos de la potencia sexual masculina. El cerebro--especialmente el área del sistema límbico--juega un papel protagónico en la intensidad del estímulo y placer que el hombre pueda experimentar; pero cuando el dolor emocional se asoma, ese mismo sistema es capaz de alterar las concentraciones de óxido nítrico y testosterona circulante en los hombres. Ello resultará en una pérdida del líbido sexual y del deseo de participar en cualquier tipo de intimidad con la persona causante del malestar u ofensa.

Tal era el caso de Roberto. Se casó con una mujer que tenía poco refreno verbal a la hora de tratar los problemas cotidianos de la vida. Era ofensiva y utilizaba el don del habla de forma ponzoñosa. Todo ello afectaba a Roberto en su capacidad de producir una erección funcional a la hora de la intimidad. Si ése es tu caso, empieza por buscar ayuda en esa área, pues la erección y la potencia viril del hombre no tiene nada que ver con magia, sino con elementos prácticos altamente determinados por las condiciones físicas y emocionales de la persona. Share