¿Por qué los Cristianos Enferman?


¿Será que los cristianos no deberían enfermarse? A todos nos da una gripe ocasional, o catarro; y ello es perfectamente entendible y aceptable. ¿Pero qué de enfermedades crónicas degenerativas como la diabetes, la artritis, el cáncer y los tumores? Estas clases de enfermedades no ocurren por accidente. Son el resultado innegable de violaciones continuas de las leyes naturales que rigen los procesos vitales del cuerpo humano.

El mundo tiene sus propios estándares de vida para todas las áreas: finanzas, matrimonio, negocios, placeres, política, educación y ...salud. Pero la Palabra de Dios nos advierte: "no os conforméis a este siglo [es decir, a sus costumbres, modas, valores, etc.], sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.." (Rom. 12: 2) Y ese entendimiento o comprensión debe armonizar con las inmutables instrucciones de vida contenidas en el Libro de los libros. Las Escrituras no sólo hablan de perdón y aceptación de parte del Señor, pero también de santidad, la cual resulta de un sometimiento consciente a la voluntad expresa de Dios en cada área de la vida. Es Dios quien debe tener la última palabra en cuanto a nuestros hábitos físicos, mentales y espirituales.

Muy frecuentemente los cristianos modernos miran el Génesis como un libro de historias o cuentos interesantes que encierran lecciones morales de finísima calidad. Pero pocos ven en el Génesis un manual de vida para la raza humana. El Edén, con todo lo que él encerraba--la vida natural, la dieta vegetariana, el trabajo agrícola, el desarrollo de los padres e hijos vinculados por las fuerzas espirituales que se desprendían de su constante asociación--, fue un testimonio a la idea del diseño de la vida por un Diseñador que tomó en cuenta lo mejor para nuesta felicidad, sin dejar nada al azar.

¿Por qué los cristianos enferman? Porque nos hemos zafado de las sencillas instrucciones contenidas en el primer libro de la Biblia, y extendida a través de todas sus páginas. ¿No asignó Dios una dieta simple, diversa, frugal y natural al hombre inmediatamente después de la creación? "Y dijo Dios: He aquí os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer." (Gén. 1: 29) Innumerables textos bíblicos dan testimonio de esta verdad. De ella depende en gran medida la calidad de nuestra salud.

Veinte y tantos años de práctica profesional en las áreas de la nutrición y la medicina natural científica me han convencido, más allá de cualquier duda, que los alimentos que consumimos, y la forma cómo los preparamos, tienen mucho que ver con nuestra salud de lo que el mundo y una gran mayoría de los cristianos estarían dispuestos a aceptar. Ellos pueden "limpiar" el organismo, o pueden estropearlo al punto de reducir nuestra calidad de vida y nuestra capacidad de tener vidas lonjevas.

En muchas ocasiones cuando he atendido pacientes con procesos inflamatorios en pié (artritis, colitis, hepatitis, etc.), con tan sólo ayuadrlos a pasar un periodo sin probar alimentos cocinados, a la vez que ayunan con jugos especiales y agua, ha sido más que suficiente para verlos mejorar notablemente. Lo he visto también en casos de prostatitis (inflamación de la próstata) y en arteriosclerosis por igual.

Recordemos que es el deseo del Señor que cuidemos nuestra salud con el mismo empeño y dedicación con que cuidamos nuestra vida espiritual. (3 Juan, vers. 2). Sobre esto elaboraré un poco más en un próximo artículo. Share