Cuando la Naturaleza nos llama

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Cuando hablamos acerca de la naturaleza, inmediatamente nos vienen al pensamiento imágenes vivas de arbustos, animales, paisajes, montañas, playas, bosques, etc. Y ciertamente todos estos elementos son parte integral de la naturaleza. Pero también lo es el ser humano. Basta con que estudiemos la forma prodigiosa como la naturaleza se adapta para satisfacer muchas de las necesidades del ser humano. De ella dependemos para nuestra subsistencia y todos nuestros procesos vitales están inherentemente ligados a los ciclos y recursos encerrados en su seno. Por el otro lado, resulta curioso observar el hambre ansiosa que los humanos manifestamos por un contacto más dinámico e interactivo con el ambiente natural, lo cual dejamos entrever en la selección casi automática de lugares remotos entre montañas o playas rodeadas de un paisaje idílico, cuando de elegir nuestras vacaciones se trata.

Estudios médicos modernos nos hablan elocuentemente de los cambios que se operan en la fisiología del cuerpo humano cuando se lo pone en contacto prolongado con un medio ambiente completamente natural:

- La presión arterial sistólica se normaliza
- La respiración adquiere un ritmo acompasado
- Las pupilas se dilatan indicando el estado gradual de relajación que se va apoderando del sistema nervioso
- El sueño se torna profundo y regenerador
- El apetito perdido se restablece
- La vitalidad se incrementa con el paso de los días
- Las facultades mentales se avivan
- Se modifica favorablemente el tenor de los pensamientos
- El espíritu se enmienda en reflexión cuidadosa

Muchos podrían atribuir estos cambios al fenómeno del "subjetivismo" humano, tan profundamente entronado en nuestro psiquismo. Otros dirán que es el efecto de la influencia de los iones negativos que están presentes en mayor cantidad en los campos y ambientes rurales. Lo cierto es que no se puede negar el impacto que el contacto con los elementos naturales tiene sobre nuestra salud.

¿Y qué podemos decir de la interminable lista de males y dolencias modernas que nos gritan a viva voz diciéndonos que como "raza superior," estamos descendiendo aceleradamente en la escala de la degeneración de las especies? ¡Así es! Nuestras facultades físicas y mentales han recibido un golpe de estado en los últimos dos siglos de la historia del planeta. De cada tres familias, una resulta afectada de cáncer. Cifras similares van también para la artritis, la diabetes y los infartos cardíacos. Es obvio que las leyes naturales que rigen la vida de nuestros organismos están reclamando su justo lugar en la lista de nuestras prioridades.

Ciertamente, nunca podremos encontrar la verdadera salud en los hospitales ni en las farmacia. Tampoco en las tiendas de productos naturales. Debemos retornar al patrón original de vida instaurado por diseño en nuestras células y tejidos desde el principio. Cerrar los ojos ante la realidad de la existencia de leyes que gobiernan el comportameinto de nuestros órganos, es como pretender que el sol no existe.

En la medida que regresemos a ese diseño antonomásico de la vida como fuera concebida por el Creador, veremos nuestros organismos reconquistar la vitalidad y la salud óptimas perdidas a causa de la constante violación de las leyes naturales o de la salud a que nos hemos sometido voluntaria o involuntariamente.

La próxima vez que los dolores matutinos de espalda te hagan la vida imposible a la hora de salir al trabajo; o que la noche de placer legítimo pre-planificada con tu esposa o esposo resulte en un desastre a causa de la impotencia sexual de él o la frigidez de ella; o que recién entrados los 40 años empieces a notar una merma gradual en tus reflejos y habilidades físicas..., no olvides que todo ello es, seguramente, un llamado de tu constitución orgánica a que reconsideres tu estilo de vida. Lejos de lo acostumbrado a creer, estos síntomas desagradables no sobrevienen automáticamente a consecuencias del envejecimiento.

No olvides: ¡la obediencia y atención a las leyes de saud de nuestro ser son la única ruta expedita hacia una salud vibrante, siempre creciente! Share